Viajamos en el tiempo a mediados del siglo XIX donde las mujeres tenían grandes dificultades para lograr imponerse en un mundo dominado por los hombres y en el que, entre otros handicaps, les era vetada la entrada en las escuelas oficiales y el acceso a estudios superiores. Los visitantes a las exposiciones de la época al ver el nombre de una mujer anunciado en la entrada restaban interés a lo que venía a continuación y más de uno, hombres y mujeres, directamente omitían la visita.
Esta muestra, “Amazonas del arte nuevo”, recoge el arte expresado por la mujer en el cambio de siglo, XIX al XX, la etapa impresionista y expresionista, el realismo y surrealismo, el art-decó, el cubismo así como las vanguardias futuristas que provenían de Rusia.
Cabe destacar entre todas ellas según mi personal y discutible elección a …

Suzanne Valadon (Viena 1867 – París 1938)
Modelo y amiga de Pierre-Auguste Renoir y Henri de Toulouse-Lautrec, y madre de Maurice Utrillo, fue una pintora autodidacta muy admirada por Edgar Degas, su primer mentor y coleccionista. A comienzos del siglo, Valadon asistió al reconocimiento de su pintura y pudo vivir de ella, y también supo evolucionar del impresionismo à plein air a los realismos modernos de los años veinte, pasando por aprender las enseñanzas constructivas de Paul Cézanne.
Louise Breslau (Munich 1856 – Suiza 1927)
Socia fundadora del Salon de la Société Nationale des Beaux-Arts, fue una pintora muy celebrada en su época, a pesar de que con el tiempo haya caído en el olvido. Su adscripción a uno de los principales salones parisinos la impulsó a realizar lienzos de gran formato, técnicamente bien resueltos y no exentos de ambición siempre desde unos parámetros estilísticamente algo más conservadores que el grupo impresionista y sus seguidores.
Meraud Guevara (Londres 1904 - París 1993)
Artista poco conocida, cuya obra se encuentra a medio camino entre la impecable pintura art decó de Tamara de Lempicka y el peso y la seriedad del arte figurativo alemán de los años veinte y el neoclasicismo italiano, con los que mantiene bastantes similitudes. Mantuvo contacto con Francis Picabia y fue muy celebrada en Francia por el crítico Waldemar Georges gran reivindicador de la figuración a ultranza.
Tamara de Lempicka (Varsovia 1898 - Cuernavaca 1980)
Pintora polaca discípula aventajada de André Lhote. Su obra se inscribe en la ola del art decó de los años veinte y treinta, del que es una de sus representantes más destacadas. Alcanzó rápidamente el éxito, realizando una producción portentosa, inscrita en un cierto decorativismo muy propio del estilo 1925, aunque décadas después, instalada en los Estados Unidos, cayó en el olvido. Fue una pintora de la alta sociedad y enamorada del lujo.
Romaine Brooks (Roma 1874 - Niza 1970)
Ya en el nuevo siglo, esta pintora americana cultivó un estilo peculiar, sensible, elegante y sofisticado, muy influido por Whistler y el simbolismo europeo aún en boga, aunque totalmente al margen de las nacientes vanguardias.
Kay Sage (Linn Sage, Albany, 1898 - Woodbury 1963)
Artista norteamericana situada en los márgenes del movimiento surrealista, dado que no llegó a ser plenamente aceptada por Breton. Compañera sentimental de Yves Tanguy a partir de 1939, se movió entre el surrealismo, la pintura metafísica y la abstracción, y supo crear un universo onírico de una gran riqueza iconográfica, llegando a superar al propio Tanguy; aunque, como en tantos otros casos, su obra quedaría siempre eclipsada por la fama de su marido.
Franciska Clausen (Averná, Dinamarca 1899-1986)
Pintora danesa alumna de Hans Hofmann, Alexander Archipenko y Wassily Kandinsky. Ingresó en 1924 en la Académie Moderne de Léger y Ozenfant, donde fue compañera de Marcelle Cahn y, como ella, participó más tarde en Cercle et Carré. Es una de las artistas más representativas del Purismo.
Frida Kahlo (Coyoacán, México 1907-1954)
Esposa de Diego Rivera, partió del realismo mágico, así como de la pintura popular y "naif", para recrear, paulatinamente, su singular y atormentado mundo interior. André Breton la llegó a considerar surrealista, pero ella negó esta adscripción incidiendo en su condición de pintora de la realidad que la envolvía. Con el tiempo, pasaría a ser uno de los iconos del arte del siglo XX, superando la popularidad del propio Rivera.
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